Estamos hablando de una historia que comenzó hace más de 100 millones de años, cuando la naturaleza ideó una forma más eficiente que los vientos para multiplicar las plantas: la flor y la abeja.
Todos nos deberíamos de preocupar por la supervivencia de esta antigua unión de amor y reconocer el papel fundamental de los insectos polinizadores en la creación y el mantenimiento de la biodiversidad, porque aproximadamente uno de cada tres bocados que comemos depende de ello, incluyendo la mayoría de las frutas y verduras, nueces, hierbas y especias, incluyendo el café.
Cuidemos y abracemos a nuestra tierra, a nuestras plantas, flores y a nuestros bellos polinizadores, juntos y con pequeños cambios podemos lograr cosas maravillosas.
Por nuestra parte, recuerden que nuestros productos son veganos y no ocupamos cera o miel de abeja en su elaboración.
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